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Al fin… La vieja tuvo razón. Desde que quedé solo temí que esto pasara. Y no es que lo quisiera, pero igual sentía curiosidad, y cuando Marta se fue con los chicos todo se complicó. Ya entonces me parecía que no me escuchaban bien, o que me ignoraban. Sobretodo cuando Sánchez reprochó mis ausencias percibí que algo raro pasaba, si desde que murió tío Franco jamás falté al laburo. Ahora que me acostumbré quisiera quedarme así. ¡Si mamá supiera! Ya casi no comía, es cierto. Pero creo que fue de puro aburrido que al fin fui desapareciendo.
Autor: Martón Etiquetas: Marton
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