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Pequeño milagro Tenía diez años. Eran las tres de la tarde y estaba solo, preparándome para ir a gimnasia. Junté las monedas para el colectivo sobre la mesada de la cocina y las empecé a contar. Una de cincuenta se me resbaló. La seguí con la vista y cuando cayó, en el piso de baldosas, lo hizo de canto. Y así se quedo: enhiesta, inmóvil, en el medio de una baldosa perfectamente lisa. La miré sin saber bien cómo reaccionar. La recogí y me fui, abrumado.
Cuando cuento la anécdota siento que nadie la termina de creer.
Autor: Scar Etiquetas: Scar
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