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Leyenda Un pequeño grano no es la muerte, pensaba mientras le agregaba mayonesa al menjunje que tenía por delante a la hora de la cena. La frente le brillaba satinada, por la grasa que despide por sus poros y las trenzas (que usaba por pereza, porque ya ni recordaba lo que era darse un baño) le rozaban el vestido. Lo dejaban maculado. No hacía asco a la manteca, aceite o crema. Era el ser más desagradable del planeta pero mágicamente se transformó en ejemplo. Le salió una larga barba entre sus granos. Fue mazorca cosechada en verano.
Autor: ElTeta Etiquetas: elTeta
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