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La gaita Nunca me gustaron los músicos ambulantes. Este tocaba la gaita en el tren para juntar unas monedas. Lo hacía con pasión, gracia y una alegría indescriptible. Interpretó varias canciones. Antes de irse dijo “Ahora van a ver algo mágico, voy a seguir tocando y escucharán como la música se va apagando hasta que no se oirá más”. Con el tren detenido bajó y, frente a la puerta, empezó a tocar. Efectivamente el sonido se fue alejando como el tren… ¿Seré feliz como este tipo? Le dí monedas, pero no le dije gracias. Cuánto me arrepentí.
Autor: Vill Gates (101)Etiquetas: Vill Gates
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