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El duelo De pronto se abrió la puerta y apareció un joven desgarbado, desgreñado y encima desatinado, porque a quién se le ocurriría desafiar la férrea disciplina impuesta por el profesor Santelices - el Maestro del Sarcasmo- interrumpiendo la clase con tal desfachatez. No exagero si digo que algunos se encogieron en sus asientos tratando de capear el temporal que se venía. - ¡Disculpe que haya empezado la clase sin usted!- tronó Santelices. En el centro de la sala, el nuevo giró apenas, lo miró por sobre las gafas y dijo con desparpajo: - Está bien; que no se repita.
Autor: Anai Le Etiquetas: Anai Le
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