|
Te das cuenta enseguida porque al encararte frente al espejo, ves pasar una sombra ahí a tu derecha, al lado de la puerta del baño; mirás rápido y no hay nada. Eso como paso uno. Como paso dos, te va a parecer que tu máquina en el laburo estaba prendida cuando llegaste, porque la lucecita del monitor como que titilaba… pero no, no estaba prendida. El paso tres es buscar con la mirada el celular, porque el ringtone que te avisa de los sms suena igual a eso que acaba de empezar a sonar en la radio.
Autor: Baterflai (fuera de concurso)Etiquetas: Baterflai
Nacemos y ya estamos nominados: somos un "bebé". Después, trámites mediante, acuerdos familiares y negociaciones parentales ad hoc, recibiremos ese nombre que nos habrá de acompañar hasta que la muerte nos separe de la vida, pero no de él: polvo seremos, mas polvo nominado. Palabras como parteras, palabras como receptoras de nosotros, emisores de palabras que nos mentimos y desmienten, palabras que nos paren, nos paran y nos parten, dividen, fraccionan, delimitan y confunden..
Después, muchos años después de ese primer fraccionamiento, nos preguntamos por qué siempre nos enamoramos a través de lo que fatalmente nos hiere.
Autor: Baterflai Etiquetas: Baterflai
2º lugar Premio Oficial del Jurado
“Ana banana, cara de rana”. No había día en que la pobre Ana escapara de las burlas de Rufino. En la escalera que daba a las aulas, en el patio, una voz anónima gritaba en falsete y levantándose por sobre las de los demás, esa ignominia que la hacía transpirar frío y darle ganas de salir corriendo. O de no ser Ana. Ella sabía que era él, aunque no lo viera gritando. El y su cara llena de pecas, consentido de las maestras por no tener familia, mentiroso profesional y ladrón de naranjas en los ratos libres.
Autor: Baterflai Etiquetas: Baterflai, Premiados
Miró para arriba y calculó más o menos cinco palomas por rama. Ciertos manchones verdiblancos manifestaban el por qué del tufo espantoso que atenazaba las narices de quien quisiera pasar cerca de ese tronco: las palomas no tienen como nosotros, el bar de la esquina, tienen el arbolito ese al que van, hacen sus sociales, y cagan. Sobre lo que sea, sin distinción de raza, credo, año de fabricación o alma, cagan. “Este no es del barrio”, pensó, cuando vio estacionar un auto demasiado nuevo justo ahí, debajo del árbol peligroso, y cruzar rápido hacia la fiambrería.
Autor: Baterflai Etiquetas: Baterflai
La rodeó como quien rodea una plaza: la gorda Rosario deleitaba los ojos como un budín, era tan pícara como una zorra y hacía cuatro días que pasaba, todas las santas tardes sin olvidarse de ninguna, por la misma esquina. Cuanto más calor hacía, más guerra quería la gorda. Estábamos en febrero y la térmica no bajaba de 35º, así que la situación en el barrio parecía transcurrir como si debajo de cada baldosa hubiera un tostador y pendiendo sobre nosotros, una condena a muerte por deshidratación. Rosario ansiaba, como ese sol achicharrante, derretirnos. Pero de pasión.
Autor: Baterflai Etiquetas: Baterflai
|