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“… y entonces se dio media vuelta y se fue a cocinar un guiso carrero.”
(Fragmento de ‘La insoportable, gigantesca, casi ciclópea empresa de dirigir un jardín de infantes en Villa Ortúzar y lidiar con los padres, los docentes y, por supuesto, los niños, verdaderos angelitos del arenero, sin perder la compostura y la actitud de servicio ni siquiera por un mínimo instante, aunque los reclamos, los imprevistos y las infames tareas administrativas parezcan por momentos apuntar sus temibles mosquetes hacia el casco frágil del barco de nuestra propia autoestima’, de María Luisa Forrester Santana, editorial Sagastirri)
Autor: Uno de los ocho (fuera de concurso)Etiquetas: Uno de los ocho
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