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Censura Madre e hijo en la parada del colectivo. Ropa humilde, tez oscura. Ella, cargada con las bolsas, miraba a lo alto de la calle, esperando. Él, de apenas cinco años, con las manos sucias apoyadas contra la vidriera, suspiraba. No se encontraba frente a una juguetería. Era la vidriera de una librería, y delante de sus ojos se abría un abanico multicolor de lápices. Miraba los colores, y soñaba con los dibujos que no podía hacer.
-Dale vení que ahi viene el colectivo.
Subieron.
-Dos de ochenta.
Se sentaron, y él ya pensaba en otra cosa.
Autor: El Fantasma (fuera de concurso)Etiquetas: El Fantasma
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