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Mi última oportunidad - Escúchame - ¿Qué? - No, nada. Y se da vuelta, se va; ¡maldita sea! Dios, un poco de sangre aquilina, era mucho pedir? ¿Un tanto de astucia de Ulises, una pizca de la rima de Dante? Eh, es mucho pedir? - Espera, no te vayas. - ¡¿Qué?! Ay Dios, odio esas miradas impacientes; para de temblar, si a vos te hablo desgraciada rotula! Y vos, tonto corazón, podrías repartir un poco de calor, por favor? - ¿Y? - Un segundo. Dios, no me hagas perder esta oportunidad, te lo ruego. "Bueno" - Que sean las 12 de humita, por favor. Gracias.
Autor: io Diondel (fuera de concurso)Etiquetas: io Diondel
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